domingo, 5 de octubre de 2014

Tortilla de patata con calabacín

Era muy buena la oferta que tenían en el super de "5 kilos de patatas por 1,79€", sin duda. El único inconveniente de esto es que de repente te encuentras con una cantidad enorme de patatas en casa, a las que hay que darles salida sea como sea. Por otra parte, la docena de huevos que tienes en la nevera desde hace algunos días, te hace pensar en lo efímero de su existencia y en todos los huevos fritos que tendrías que comerte para evitarles un final no deseado. ¡Ah! aquél calabacín con el que no sabías que hacer... casi se te olvida.

Tienes una hora antes de que vengan tus amigos a casa y no has preparado nada, así que ¡Prepara una tortilla con lo que haya!

Tortilla de patata con calabacín

Ingredientes (4 personas):

- 800 gramos de patatas
- 1 calabacín mediano
- 7 huevos
- 30 cl de aceite (el que utilices para freír)
- Sal
- Ganas de comer


Preparación:

Lo primero de todo es pelar las patatas e ir cortándolas en trozos muy pequeños, como de un centímetro por cada lado. Mientras hacemos esto pondremos el aceite a calentar a fuego máximo. Una vez que tengamos las patatas troceadas es el turno del calabacín. Lo pelamos y hacemos exactamente lo mismo que con las patatas. Con todo troceado, lo vertemos en el aceite ya calentado y removemos un poco para que no quede separado el calabacín de la patata. Todo se tiene que hacer por igual. El calabacín y la patata tienen un tiempo similar para estar en su punto, así que perfecto. Añade sal al gusto.

Mientras todo esto se fríe, vamos a ir preparando el huevo. Los abrimos todos y los vertemos en un bol cómodo para batirlos. Existe un truco que hará que la tortilla esté algo más esponjosa. Esto es intentar batir primero la clara lo más posible, y luego las yemas. Pero no es imprescindible, así que continuamos. Batimos y batimos hasta que el huevo esté uniforme, añadiendo un poco de sal.

Tenemos que vigilar que las patatas y el calabacín se estén friendo bien. Vamos por buen camino, porque las patatas ya han empezado a estar un poco doradas por algunas zonas. Antes de que se doren más, las sacamos de la sartén junto con el calabacín. Utilizaremos la misma sartén, así que retiramos el aceite de freír y dejamos solo un poco, para que la tortilla no se pegue. Antes de volver a ponerla en el fuego, vamos a verter de nuevo lo que hemos frito y lo extendemos más o menos uniformemente. La sartén aún estará algo caliente, por lo que es el momento de verter el huevo batido. A pesar de estar caliente, no va a cuajar el huevo tan rápido, de manera que intentamos colocar de nuevo toda la mezcla de manera uniforme, y ahora es cuando la dejamos que se haga. Ponemos fuego medio y esperamos alrededor de 5 minutos. Vamos a hacer una ligera comprobación: meneamos la sartén un poco con cuidado, para ver si cuando movemos la sartén, la tortilla se resbala. Lo más normal es que ocurra esto, a no ser que tu sartén esté algo deteriorada. En este caso notaremos que una parte de la tortilla se habrá pegado, y será muy complicado darle la vuelta, por lo que se romperá un poco. Pero confiemos en que todo salga bien.

Y ahora viene un paso muy importante. Exactamente, darle la vuelta. Cuando seamos profesionales de la cocina y algo acróbatas, quizás podamos permitirnos darle la vuelta en el aire, pero en este caso no lo haremos así. Lo que vamos a hacer es retirar la sartén del fuego y con un plato que cubra todo su diámetro, la tapamos. Vamos a mantener el plato haciendo presión con la mano, mientras levantamos la sartén. Recomiendo hacerlo encima del fregadero por si algo de huevo gotea. Bien, seguimos haciendo presión, y en este momento, giramos rápidamente la sartén sin dejar de hacer presión con el plato. Levantamos la sartén y tendremos nuestra tortilla, a la que hay que cocinarla por la parte de abajo. Con cuidado, volvemos a poner la sartén en el fuego y deslizamos la tortilla desde el plato hacia ella, intentando colocarla cuidadosamente (no tirarla). Nos ayudaremos del utensilio que estemos utilizando para corregir los bordes, que se habrán deformado. Simplemente los empujamos suavemente en dirección al fondo de la sartén, para que quede con una forma bonita y más compacta. Esperamos unos 5 minutos más, y servimos.

¡Ding dong! Te acaban de llamar a la puerta tus amigos. Menos mal que cuando entren se van a encontrar con esto:



¡Buen provecho!



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